El coronavirus sigue siendo el tema único en conversaciones, en las televisiones y en los periódicos. Aunque va a seguir siéndolo previsiblemente durante mucho tiempo, sí parece que lo peor ha pasado, y el momento actual es más de aprender a convivir con el virus y prevenirlo en los pequeños gestos del día a día que de confinarse y sobrevivir. Muchos negocios han cambiado para siempre, y el marketing no lo es menos: toca adaptarse, aprender y ejecutar en un nuevo contexto. Hacer comunicación post-coronavirus supone seguir unas nuevas normas, ni mejores ni peores, sino diferentes.
No se trata de inventar nada, ser pioneros ni abrirse paso en selva virgen con un machete entre los dientes. Para que la comunicación-post coronavirus siga siendo un activo y no algo por lo que preocuparse debemos aplicar sentido común, perspectiva a medio-largo plazo y, sobre todo, estrategia. Es el momento de pensar en nuestra marca, no en nuestro producto.
Cuatro claves de comunicación post-coronavirus
La comunicación post-coronavirus se rige por las mismas normas que en cualquier otro escenario: debemos adaptarnos a la realidad que nos rodea para moldear el contexto que buscamos a la hora de proyectar nuestros mensajes. Pero, por sus peculiaridades, la pandemia ha hecho que tengamos que prestar especial atención a ciertas cuestiones.
Adiós al monotema
El coronavirus sigue siendo el rey en horas de televisión y en atención por parte del público. Pero eso no significa que no podamos hablar de otra cosa. La gente ya está cansada, quiere que le hablen de otras cuestiones, por lo que anclarse sería un gran error. Si por ejemplo tenemos un negocio que ha adaptado sus protocolos para seguridad de la clientela, está bien anunciarlo y que se sepa, pero seguro que tienes algo más que aportar. Hay una clave básica: no ser cansinos. Siempre hay que aportar.
Valores antes que productos
El boom que durante el coronavirus tuvieron muchas empresas y sus estrategias de RSC ha dejado todavía más claro algo que ya sabíamos: al público le gustan las empresas con unos valores con los que identificarse. Los productos van y vienen, se actualizan y cambian las colecciones, pero los valores permanecen. Asegúrate de tenerlos a flor de piel y que tu comunidad de seguidores los conozca y pueda estar orgullosa de seguir a una marca con un carácter definido.
Nuevo contexto
Es posible que muchos de tus clientes, ahora, tengan teletrabajo. No sepan si sus hijos podrán volver al colegio. Hayan cambiado planes de vacaciones y hábitos diarios. Lleven un tiempo sin ir a un concierto, a tomar una copa o a cenar fuera. Tus mensajes deben tener ese poso y ese enfoque. La comunicación post-coronavirus, o en cualquier otro momento, debe saber ponerse en la piel del público. Nadie hace caso a mensajes que le son ajenos.
Siempre un plan B
Si algo nos demostró el confinamiento es que siempre debemos tener un plan B. Una vía de escape para situaciones excepcionales. La primera vez puede que nos cogiese sin avisar pero, si se diera un nuevo confinamiento -o cualquier otro escenario desconocido-, sería imperdonable no tener una estrategia de guerra prevista. La comunicación post-coronavirus solo será acertada si sabemos reaccionar a cambios rápidos e inesperados, adaptarnos de la noche a la mañana a nuevas normalidades y no dar nada por hecho para el futuro.
La comunicación post-coronavirus puede ser una incógnita, pero también un gran activo. Cuidarla y aprovechar todo lo que puede darnos es una obligación como empresas, pero también una exigencia como ciudadanos. Y eso pasa por dejarla en manos especialistas.